Jazmín desangrado,
a veces sí, a veces no,
has dejado en medio
de todo, el dolor creado
del tedio, y los espejos
partidos por la ceguera.
Jazmín todo lo has podrido,
en la noche y en la tarde,
nunca en el día, nunca.
Loco por las calles de la palabra
tropiezo con letras huérfanas,
letras delincuentes,
letras borrachas,
letras malditas que nadie aprecia.
Loco, loco, loco...
jazmín con dentadura de viejo,
asesinas en cada esquina el poema
que escribo para deshojarlo.
Letras del polvo y piedra,
solo tallo en la hoja negra,
la letra que blanca, baila
para ser más que jazmín hiedra.
Casi todo es gris y a veces poca
luz de muerte entre mis manos,
si por ti fuera mi sufrimiento
a ti buscaba y desollaría las tripas
de la belleza.
Sólo en medio del bosque,
me vuelvo valiente para quemarlo.
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