Relación exhausta con nada de lo que consigo.

... Pero si todo lo que desarrollo
no consigue lo que deseo,
me falta entender porqué lo sueño.

Leo constantemente
la absurda ganancia
de los imaginarios
que concretan mucho,
pero no llegan a nada.

Se jactan de ser maestros;
formadores de la galaxias.

Mas llevan en su linaje
el fracaso absoluto de sus ideales,
que desean inculcar al resto
de la masa.

Siento que hablan
por encima de lo que dicen
para no escucharse;
y cómo no escuchan
a aquellos que envidian
por las aseveranciones
estrategas, con bases
derrumbadas de sabiduría.

He visto fantasmas
muertos de miedo,
antes cortinas de humo.

Sigo mirando a aquellos,
que proyectan su desdicha,
para que otros le solucionen
con sus penas,
las partes no analizadas
del conflicto que no argumentan.

Cuando todos los parques son verdes. Cuando todos los adoquines son hierba.

La espío mientras habla a solas.

Se sienta siempre en la misma silla.
En la misma cafetería.

Habla de cosas raras (estoy seguro).

Deja pasar el aire entre sus piernas,
sus brazos,
abre la boca con levedad
y permite que el mundo
le entre por vientos,
para exhalar palabras
que escribe en condensación,
con la imaginación de su adviento.

Toma pequeños sorbos de café,
y fuma.

Lee el periódico, se informa.
Torna su gesto.
La rara avis del mundo no le gusta...
pero ella no sabe que lo mejora.
Que mejora el mío.
Que estoy menos solo desde que la espío
desde mi ventana, y después le escribo.