La puta vivía en el cuarto,
solía tener horario de noche
mas no siempre se entregaba
a un calendario,trabajaba a salto de cama
y matándose entre babas,
me contó que el dinero lo enviaba
a sus hijas en Varsovia.
La puta era más persona
que nadie, y solía perdonar
a los casados; hasta los escuchaba.
La puta era la hora, ella la bella persona,
trabajaba y enviaba el dinero a Varsovia.
vivía en el cuarto de una pensión
en el segundo piso, pero siempre
para ella eran sus hijas las del primero,
y ella el ático de sus fantasías.
Me llevó sopa caliente cuando escribía
en aquella pensión, cuatro paredes,
como cuatro orinales de la esperanza.
Se cruzaba conmigo y sonreía,
hasta en la camilla, en la tarde
que un filo se hundió en su barriga.
-Escribe poeta, escribe...
-No soy poeta, me queda lejos- le dije
-Yo tampoco creí ser puta y muero
lejos de Varsovia...
Impresionante final...
ResponderEliminarQue bueno...cabrón
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