Sí, me gusta cansar a los que se cansan,
es por este sencillo y siniestro motivo
que en este rincón de los vagos con asas,
dejo que mi verso nunca sea superlativo
aunque se disfrace de sentir, es cansino
y en esta tarea de trabajar al cansancio,
prefiero que los cansados marchen rápido
y no ocupen el lugar de los que buscan
en sentimiento del poema, que opiáceo
siembra en la mente, la búsqueda
de la angustia que desea el poeta.
Inmersos en el saludo cuando en realidad
es una despedida de lo escrito.
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