Mojiganga de la pregunta

¿Dónde está
la duda?....
¡era mi duda!.

No sabía
como resolver
magna pregunta
dentro de la pregunta.
Barroco pensamiento
que con sentimiento
propagandístico,
sacaba mis cuestiones
en procesión,
como santos de piedra.

¿Donde se halla
la pregunta de la duda,
que cuestiona el hacer,
de la interrogación
exacta?

La buscaba
con una cerveza
en la mano
mientras miraba al frente
perdido... inmerso
en mi sospecha
que vacilaba
mi cabeza...

Di un trago de la botella
y pregunté a la cerveza
por el lugar exacto
de residencia
de ese teatro
dentro del teatro
pero no hallé
respuesta
que resolviera
tal incertidumbre...


¿Donde se halla 
la pregunta de la duda
que cuestiona el hacer
de la interrogación
exacta?

y me contestó
la botella
antes que la cerveza, 
con otra pregunta

¿Quién sabe?.

Autocontrol

Soy un tipo
raro; dicen.
camino
con las manos
en los bolsillos,
tomo café
solo doble
y le pongo
pimienta.

Me gusta
mirar a la gente
en los bares,
saberme
arrinconado
como un gallo
en la batalla,
me gusta.

En las cafeterías
con un licor en la mano,
me empapo
de todo lo que ocurre,
lo escribiría todo,
escribiría sobre
la chica de camiseta
verde y cámara de fotos
que me sonríe,
escribiría del camarero
que pone el café
tan tristemente
que parece que el café
se vuelve agua.
Escribiría sobre todo
y de todo
hasta de las cucarachas
de los meaderos
y de las ratas del río
y de las risas de los amigos
que toman cerveza en la barra
antes de ir a casa solos
a revolcarse en la nostalgia.

Todo lo escribiría
y todo el tiempo.

Pero me gusta respirar
aunque la contaminación
se apodere de mis versos
y me convierta en un vago
que solo escribe a ratos.

De vuelta y media (Consejo de Frank el Tuerto)

Había estado
toda la tarde
caminando
por el barrio
de las letras.

Llevaba en el bolsillo
la carta que me dejó
ella en el bolsillo.

La había leído
pero había
algo que no
entendía...

Una frase.
¿Cuál era?...

Quería olvidarla...
pero la frase
volvía a mi cabeza
golpeando
como una aldaba.

Entré en la taberna
de Frank el Tuerto,
lugar de mis olvidos,
cueva de mis secretos
que no afloro ni mirando
un charco turbio de agua
de riego, en medio
de la calle
un día de nubes y seco.

Me desparramé en la barra,
Frank al verme me puso
una cerveza caliente.
Las moscas revoloteaban
como pájaros en primavera
por el borde de mi vaso
de cerveza...
Se bebían las motas
de espuma que quedaban
justo al borde...
las moscas de la taberna
de Frank, son listas
saben que si caen en la cerveza
mueren ahogadas y pringadas,
no se acercan a la vida,
la conocen y la respetan.

Entonces Frank el Tuerto
me preguntó.

-Cooper... llevas sin pasar
por aquí casi medio año,
ahora vienes con cara
acontecida y dudosa...
¿qué pasa esta vez?...

-Frank estaba con una chica,
por un momento fui feliz,
no te eché de menos.
Pero me dejó porque
dice que soy extraño
y que debo perdonarme
a mi mismo...
pero no entiendo el por qué...

Frank se cambió el parche
de ojo, se dejo caer
con los codos en la barra
y me dijo.

-Cooper...  nadie se conoce,
todos tenemos que perdonarnos
a nosotros mismos... y hacer hasta
las paces... pero a veces cuesta
verlo y lo volcamos en los demás,
esa chica te ha dicho algo sabio...
aprende.

-Ya, pero en su carta me dice
una frase, que no entiendo...

-¿Cual?- preguntó Frank.

-Esto es para ponerte
de Vuelta y media...

Esa es la frase.-le dije a Frank.

-Cooper haz las paces con Coralmazón
está vomitando en el baño
no da pie con bola... necesitas
ser uno de nuevo.
Esa chica con esa frase
te dice que en el fondo,
Te quiere.

Llamé a Coralmazón,
le di un abrazo,
me bebí la cerveza,
las moscas se despidieron
de mi con blancos
pañuelos de espuma
tibia y pegajosa.

Salí a la calle,
la luna estaba llena,
la calle solitaria,
la lluvia caía
como en un riego
burbujeante
de emociones.

Subí el cuello
de mi abrigo
y fui a buscar
a esa chica,
que aunque
sin conocerla
debía encontrarla,

-Vida,
vida,
que desconocidos
mensajes dejas...
Pensaba mientras
me asomaba
a la esperanza
desde la cofa
de mi alma.

Con jugando

Yo me iré,
Tú te iras,
Él se irá.

Nosotros nos iremos,
Vosotros os querréis ir,
Ellos ya se fueron.

Cuando seamos terceros
en el albor de la innombrable
pediremos en su santidad,
que nos devuelva a este cepo,
que con dolor te atrapa,
te lía y te enreda
con su eterno
¿Qué pasará?

Maldito infierno de errores,
trampa que te atrapa,
vida que con sus tretas,
te lleva a mi sinsabores.

Conjugo verbos
para encontrar respuesta.
Halladas escondidas...
detrás de las palabras
encuentro la replica

Definición

El poeta,
universo extraño
de cuerpo llagado
que todo a él
llega.

Se desliza por mundos
que existen en los mundos
de lo cotidiano.

Sufre cuando observa
los arboles pelados
del invierno,
porque piensa
que son diabólicos
brazos que arañan
la visión confusa,
le atormenta.

Se pierde y se mata
entre horas,
resurge de su muerte
para soñar
que vivo,
muere en tiempo
como un imaginado
enfermo.

El poeta
es un universo extraño
de gatos muertos,
que reclaman
sus maullidos
para regalarlos
al viento,
volviendo locos
a los perros.

El poeta
sufridor con lo mínimo
El poeta
extraño alienigena,
que se debate
en un sufrimiento
aletargado
que pospone
para recrearlo
en submundos
de su mundo
raro.

Paseo por la tarde.

Paseo por la tarde,
buceo
por las calles
de esta ciudad
sin rastro,
todos son
extraños
y
bellos
peces.

Bajo al metro
como si
fuera un barco
hundido,
allí
más peces
y ojos
como corales
en la noche
sin luna,
todo son
miradas
que se pierden
en la sentina
del abismo
incierto.

Todo
es azul,
color rojo,
intenso
coral
que se marchita
en solitario.

Soy
un buzo
en la ciudad,
veo
corales,
peces,
ballenas,
y tiburones.

Buceo
y respiro
de mi bombona,
las burbujas,
palabras
no dichas,
suben
a la superficie
para estrellarse
contra un cielo
de oxigeno.

Soy un buzo
que nada toca
sino observa.

Camino despacio,
respiro intenso,
vivo ralentizado,
como el astronauta
que anda por la luna
y sueña con volver
a la tierra.

eyaculando

Soledad de lobo
en la estepa.

Desesperación
de pene erecto.

Estallido de esperma
en las calles.

Todo está vendido
mientras muerdo
el cuello
de la muerte

La pequeña muerte
de dos dedos
vendrá a por ti
mientras estrangulo
tu escaso pelo
de sierpe.

Serpentea
serpentea
Haz del momento
una confusión
eterna.

Tranquilo en islas

Inquieto...
por la noche,
en el día.
Estoy inquieto,
respiro inquieto,
camino inquieto,
entro en los centros
comerciales inquieto,
como inquieto,
miro a todas partes
nervioso, cómo si me siguieran
por que estoy inquieto...

Es inquietud que me provoca
mi cerebro,
son las tormentas
del interno...
del que desconozco,
a penas me levanto
y ya estoy inquieto,
parece que todo va
explotar
por eso...
estoy inquieto...
me miro de reojo
en los cristales
y me inquieto,
compro el pan inquieto...

Tormentas de mi cerebro
sobre
mi interno desconocido,
he de bautizarle
pero no me atrevo
por si me inquieta.

Tengo dentro
un ladrillo
que me inquieta,
que me tortura,
un ladrillo
que se deshace por mi sangre
con las tormentas de mi cerebro,
pero reencarna y toma
formas infinitas de el mismo

Inquieto
y
solo tranquilo
en la peluquería
cuando las tijeras
rozan mi cuello.

Rincón de castigo

Tengo un rincón
donde navego
siempre a solas

Es allí donde residen
mis mayores secretos

Esos que nadie sabe
y solo yo enjugo.

Secretos que escurro
como un paño
de cocina.

Me acostumbré
de niño porque
siempre me castigaban.
Lo hice mío,
lo adopté
como a mi mismo.

Su oscuridad
me protege,
sus castigos
me decrecieron.

Únicamente
voy cuando
me siento
dolido...

Solo salgo
cuando
mis lagrimas
se convierten
en cuchillas.

Oda a mis entrañas

A ellas
que destrozo
en mil pedazos.

A ellas que ahogo
en ginebra y cerveza.

A ellas que echo humo
y maltrato.

A ellas que soportan
mis masivas destrucciones,
que soportan mis lagrimas
de orgullo que como cataratas
caen en ácido sobre todo
lo que dentro poseo...

A ellas:
Alma
corazón
espíritu
humores
negros
amarillos
y antipatías
de mi foro
interno...

A ellas que destrozadas
por todo lo que hago,
incluso cuando escribo
versos de animal nocturno
encendido.

A ellas...
dedico este aullido,
este ladrido a la noche
nublada
con luna opaca

Aúllo en la noche
estrellada desnudo
y con mi piel
erizada...
agazapado
en esta oda...
Mientras se sienten destrozadas
solo decirles
que
ahora que están rotas
las contemplo
a la luz de esa luna,
las observo
con mis ojos ensangrentados
y las comprendo como mecano

A ellas decir
que juego a destrozarlas,
derrumbarlas,
que me pongo casco
de poeta para que no me descalabren
y ahora
con las formas angulosas,
jugaré
como un niño enfadado,
a recomponer sus estilos,
sus infinitas calles de sufrimiento
por esta vida desordenada que todo
lo quema...

Construyo mis entrañas
de nuevo con sus formas
derruidas
y las compongo...

Con temblor
inseguro
se balancean
al huracán
interno.

Entrañas de ladrillo,
de adobe...
pronto la cascada
volverá a destrozaros,
Pronto el viento
querrá derribaros,

Pronto volveré
a reconstruir
mi propio derribo.

Silencios ajenos.

Extraña lírica
la del poema
mudo.
Esa que teje
con hilos
mientras
lloras en silencio.

No es más que un
decir lo que sientes
que te ahoga
y lo tragas.

Supositorio
del destino...
Callar lo que sientes
para no dañar
mientras te dañas
curándote a ti mismo.

Qué lírica desaparecida
que nadie desea encontrar.

Camino angosto

Tristeza
mantel de esparto
donde el cena
el espanto.

Ya me voy con mis
cosas....
Ya lo recojo 
todo y marcho...

El camino 
no es más fácil
que dormir 
en tus brazos 
con el pálido
desmayo
de tu acaricia...

Pero me gusta caminar
y lo hago con mis
bártulos a la espalda...

Tiempo que no llega

Sacrificio
de recuerdo
hasta ti
llega mi playa
salvaje.

No hay más recuerdo
que un horizonte
que se acerca
a ritmo de pestaña.

Todo será
inicio.
Todo acabará.

Y el antes que ahora
es ya,
quiso ser después
pero
en el presente muere
en el presente muere.

Después...
el presente
morirá.
Disfruta antes.

Travesía en vida

Barco de papel
que fabriqué
con las estrellas
de mis piernas.

En él atraco
para recoger
mi turno.

Analizo
lo que me toca

No es más que
reto de de carne
y tormenta.

Lo acepto
como el gato
que mira
la luna
desde debajo
de un coche.

Me ha tocado
ser el ultimo
y muchos
ese turno,
no lo desean
pero
me gusta
llegar el ultimo,
tener esa perspectiva
subyacente
del que pierde tiempo,
que en realidad
me enseña a esperar.

Recojo mi turno
ese que nadie
desea
pero que enseña.

Miro lo que me ha tocado,
poca salud y números
rojos...

Tengo los bolsillos
vacíos,
tengo las cuentas negativas,
tengo la senda espinosa
duro trabajo
del verso,
que cae
escalera abajo...

Pero traduciendo:
tengo la risa,
el alma llena,
y el corazón
colmado de vientos
que soplaran
las velas de mi barco.

Soy el hijo del desafío
soy el contrincante del dolor,
aguantado a base
de apretar dientes
y bajar montañas
de arena helada...

Ahora mi corazón sopla
y mi barco zarpa
sin víveres
pero con la ilusión
del borracho
que invierno
duerme caliente...

Sopla corazón, sopla
que tu viento... navega.