Sabor.

A todas horas,sin descanso,
sin minutos ni hueco,
entre las costuras
que recose la palabra,
tengo tu sexo,
alborotado en mi boca.

Lógica del solitario

Llamo a los espíritus,
y en mitad de un nenúfar,
solo recibo el sable de la muerte.

Aclamo a la carne,
solo me arrastra
la sombra.

Mareo mi corazón,
un nenúfar de sangre
me resguarda.

Fogoso y moribundo.

Tengo sembrados
todos los fuegos,
arde el agua,
tu corazón,
y los mirlos.

Todo arde majestuosamente
con la tranquilidad de un réquiem.

Arden los arboles y sus copas,
arden las aguas y sus peces,
arden los cielos y sus soles,
arden las sangres y los hombres.

Todo lo quemo con mi huerto,
todo...
Echo mis semillas al mundo
y cosecho.

Arden al son de una llama
que abriendo compuertas,
deja escapar la sangre
por sus engranajes de oro.

Arde Prometeo y descansa,
arde Morfeo y despierta,
arde Berenice, y muero.

Tengo sembrados todos mis fuegos,
arden en sus horizontes verticales,
y se apagan a golpe de estruendo.

El fuego y el sino,
es un tiento,
es un tiento.

Tarde de nubes.

A ti que solo
me entiendes.
Entorna la puerta
de tu jardín,
deja que juegue
a descansar siempre.

Menú del día.

Su vagina es hermosa,
húmeda, eterna, 
su vagina es el epicentro
de todos los idiomas,
siempre desee comer carne
cruda, en medio de un festín
de gemidos, que desgranasen
los poros de mi piel, mientras
de mi pene, brotara el salvajismo
de mi opulento esperma.
Me gusta decirle al oído:
Voy a comerme tu carpaccio.

Pájaros de vida.

Antes de que se me escape
este pájaro que ahora tengo,
antes de que levante el vuelo.

Deseo escucharlo cantar hasta
que quede mudo por el paso
inexorable del maldito tiempo.

Soltarlo cada noche para que vuele
y al amanecer vuelva con la esperanza
prendida del pico.

Antes de que la muerte
abra la jaula de mi pecho
llevaré este pájaro en mi hombro
derecho.

Y en el corazón un parche
sabiendo que mi alma es un barco
que navega por la verdad
de lo desconocido.

Venido del verso, mordido por el poema

Podría decir muchas cosas
esta noche como las dijo
Neruda.

Pero la poesía es un significado
distinto, en cada poeta.

( si el que la escribe
como ahora, fuera poeta)

Me gustaría o podría decir
que la noche es una balsa
cargada de estrellas...
(cursi y cargado de dolor rosa
casi vomitivo)
pero cada poeta suelta su histeria
de manera distinta,
cuando escribo así en estas noches,
solo deseo soltar mi jauría
de versos, para que me traigan
en la boca, la cabeza sanguinolenta
del poema...
la desesperación del lector que inmundo
y dolorido, se deja morder por perros
salvajes hasta arrancarle del llanto,
del dolor del día.

Ángeles en paro, demonios fríos.

Los ángeles lo ven,
el cielo no.

Los demonios lo ven,
el infierno no.

El hombre no tiene alas,
ni cuernos, ni tridente,
ni toca liras cuando muere,
ni arde cuando peca.

Los ángeles y los demonios,
se quedaron ciegos el día
que el hombre aparcó
la lectura de la biblia,
y prefirió caminar
junto a su ideal de muerte:
liberadora e inerte.

Piedras, piedras,
chocolate del muerto,
que finge y no respira,
guiña un ojo a la espalda
del que flores le lleva.

Pasa el tiempo y se derrite en un adiós.

Los segundos como mantequilla
calentada al microondas,
se deshacen al paso,
del minuto tostado.

Buscando los años perdidos, resulta que los llevo en el alma.

Es duro encontrarse,
tras años que acosan
tu breve vida,
en medio de la ilusión.

Pero a veces como un truco
de magia, se desvanece el sueño,
y la vida te entrega al cielo,
en el que sin red, no te da miedo
ser un trapecista de lo desconocido.

Mi vida en once años, se reduce a:
7 sacos de basura llenos de ropa.
2 cajas de cartón con libros y música.
1 furgón alquilado por cincuenta euros,
60 euros de diésel,y;
una noche de hotel,
a 200 metros de la casa
donde viví siete años.
1 pueblo
que ahora es extraño.
y una isla donde me desangro
como naufrago de asfalto.

Así es a veces la vida...
un naufragar, en oasis
de esperanza.


Buenas noches.

Puedo si lo deseo
asesinarme
con cuero.
Pero prefiero
aislarme en mi mundo
sumergible de eterno
descanso.

Accidente

Noche de agujas,
mi alma recose
mi entraña,
remienda
con hilo negro
este ser vacío
y perro.

Deshecho.

Baja todo,
en medio de esto.

No sé como hacerlo.
mi palabra no tiene fuego,
tan solo es polvo,
para quien tanto quiero.

Suerte de cadaver

Camina cada centímetro,
por las cornisas,
en el filo de una cuchilla,
como un gato mira
con los ojos brillantes,
que amenaza saltar.

Mascara y orquesta

Como un feto muerto,
flota moribundo
en medio de mi entraña
el mismo corazón
que me mantiene vivo.

A penas camino,
sin querer doy dos pasos,
y tal que un preso,
mi sangre se ahoga
en mi cuerpo.

Así parece que es uno
cuando es indivisible
del grupo
al que pertenece;
un violento,
un sinvergüenza,
un cabrón cualquiera.

Ignorancia.

Noche de lluvia y frío,
suena el crujir de la chimenea,
hay gente
que ya está acostumbrada
a eso, pero existen personas,
tan mojadas y heladas,
que aprecian el fuego
más que al dinero.

Auxilio de sangre.

Roto, destrozado
en medio del polvo,
todo está hecho.

Inicias algo nuevo,
rompiendo tu espalda
con el dolor ajeno.

Acabado. En el año
latiendo a borbotones
la sangre del hastío;
renazco manchado
y sin dolor en las manos.

Consultando el desorden en medio de lo enfermo.

Doctor,                                                   soy un viejo
azul y borracho
que a veces canta
y se tinta la cara
con los hollejos
de su vergüenza.

                            Doctor, la hierba
                                                                es marrón,
y la pena es rosa,
la esperanza negra,
y la sangre, verde podredumbre.

Doctor a veces sé que todo se rompe,
que yo lo rompo,
pero todo está roto antes de romperlo
                                                               aún más.

Doctor la hierba es marrón
                                                más que un corazón,

                                                que
verde sangre, escribe
en una corona de cristal
y
                                    deshace,
                                                los papeles del sueño.

Pecando.

Como la muerte,
serpenteo entre ella,
mordiendo sus manzanas
de pecado absoluto y conciso.

Ella es blanca y sol.
yo oscuro y sombra.

Todas las miradas,
se estrellan en la locura
de nuestra imaginación insana.

Muerdo su pecado y me chorrea
por la boca, su libido de perra.

Fortaleza.

Bebo vino a solas
mientras mi recuerdo:
me refuerza.

A penas me templa,
ya entiendo que el mundo
es caminar con fortaleza.

Horas prostitutas

Como el idiota de Peter Pan
creo que jamás venceré,
pero en medio de la lucha
contra mi, me contradigo.

Me levanto y me acuesto,
cada vez que crezco.

El tiempo va a favor
de mi contra,
en mi reloj las horas
me engañan, juegan
y siempre pasan,
pero no se avejentan.

Como el idiota de Peter Pan,
miro mi reloj a oscuras,
y sé que en él, todas las zorras
son iguales...