Business class.

Imperceptible pasa el ser minúsculo
y por ello no es impasible
a lo que su alrededor pasa.

Mundo avieso, el hombre
es el peor de los habitantes.
cuando la palabra naturaleza
es síntoma de negocio,
la corbata es un enemigo
de seda.

Afortunadamente aún quedan
poetas y borrachos.

Ladrando entre sus manos.

Me gusta que acaricie mi pelo,
huyen y se enjuagan las malas ideas,
la miro de reojo y y lanzo un pequeño
gruñido.
Nunca me gustó tanto ser un perro.

Cuajando las horas en el sufrimiento.

Me despilfarro, usado y abatido.
entiendo que el dolor genera desconfianza,

voy camino de lo imaginado, pero lo tengo todo tramado.
ostentoso es el camino del sufrimiento.
y a veces mucho más que doloroso.

aunque no exista en medio de la ciudad ningún queso.
siento que soy un ratón que roe el asfalto de sus ojos.

Uno es como la vida, con la vida lenta,
intentando en ocasiones flotar como un globo.

camino hacia delante sin mirar atrás.
inclino la cabeza para que me la acaricie,
dedos como senderos de espuma me enjuagan las malas ideas.
acudo irremediablemente a ella, para no llorar más.
río, y no llevo agua,  lloro y no tengo pena.
                                 
                        Todo se cuaja, todo, al frío de la nevera blanca.
                         si las cosas a mal cambian.

Pachuco en las venas.

Ey wei, no te walk por las ramas,
this no es lo que tu estás thinking,
sino todo lo contrario de lo
que al end of tu life amas.

Ya tu sabes, el swing,
isn´t mambo.
but es igual de crazy.

Ey you pachuco,
trae la kidding que
mi abuelo smile
con you;
and tú, sigue
en la street que es good
para la experience of him.

Voices del poema
dont understand
about las languages.

Factoría de futuro

Sí, bajo las calles corriendo
con el aire estrellado en mi pecho.

Abro el tarro y huelo el pasado,
me brindo y regocijo cuando lo hago.

La historia corona la vida con hechos,
curo las heridas imaginadas y declino
mi piedra tallando diamantes.

Salto a la comba con la luna,
juego al escondite con el sol,
me subo al columpio y beso
el cielo, y al hacerlo:
Salto al suelo y camino
hacia la frontera del sueño.

Antiinflamatorio

Como la medicina
que remueves con la cucharilla
para tomarla, así me siento
en ocasiones, disuelto y centrifugo,

me cuesta curarme, escuece,
sobre todo cuando tienes la llave
para saberlo todo.

Bebo del vaso de mi revuelto
estomago, el corazón es un globo
al que se le escapa el aire,
me mareo, me mareo,
¿para qué matarme con desconsuelo?
¿qué utilidad tiene eso?.

Lluvia artificial de la mañana.

Me tomo la ducha como algo solemne,
es un momento místico,
abro el grifo frío y caliente,
mojo mi mano para comprobar
la temperatura del agua,
meto un pie, luego otro
me incorporo, me gusta.

dejo que el agua moje mi cuerpo
y siento que resbala por mi espalda
mi cabeza, mi cuello, mis piernas,
es una caricia que regala sin pedir
devolución por defecto de fabrica.

echo gel en mi mano derecha, la froto
con la izquierda, es fácil el acuerdo
nunca es tan fácil.

froto mis axilas, mi pecho,
mi cuello, mis ingles.

vuelvo a poner algo más de gel
y limpio mi polla, la limpio como si
me masturbara, de arriba abajo
como si subiera y bajara una ladera
de llanto.

luego el pelo, me pongo el champú
en la mano izquierda y me froto la cabeza
con ambas manos, entonces tras un rato...
me quedo bajo la lluvia artificial, de la mañana.

la ducha me la tomo con solemnidad, no es un mero
acto de limpieza,

es una comunión entre el infierno y mi tierra
es una limpieza de lo que el mundo me cuelga,
de sus criticas, sus insultos, sus desprecios,
el jabón y el champú actúan como armadura
invisible reforzando mi alma con agua.

Y mientras el mundo se hunde y critica
mientras la gente se insulta y se mata,
mientras me espera la muerte en no sé
donde rincón del mundo...
 y
   o
m
   e
d
   u
c
  h
o
es como si el mundo se hundiera y me diera igual
todo, bajo el agua.

Similitudes de la estupidez ante el cielo abierto.

Cuando parece que el sueño se convierte en cerveza,
no hay más que pensar ni liarse con el pensamiento.

solo caer en la barra del bar, atolondrarse, olvidar la cabeza
ser pasto de la ebriedad, reo de un acólito borracho,
para escuchar tontos ya está la clase política,
para angustiarse en día día, sólo mirar la cuenta del banco.

cuando parece que el sueño se convierte en cerveza,
es mejor actuar como si la cabeza fuera un baño
de espuma, presionando la cebada contra el vaso.
me dejo por ti y te beso
te beso,
te beso.

Obertura en fa sostenido menor.

Él es un bastardo hijo puta,
ella una paciente amorosa,
él no tiene medida para dañarse
ella es una venda oxigenada,
él es un lobo loco que se enreda en la noche,
ella una estrella que no le abandona,
él habla y bebe, y esnifa almas a través de los ojos de los demás,
ella una sombra tras él que le recoge al caer,
él boxea contra su estomago,
ella le empuja cuando se para,
él la quiere a todas horas sin descanso,
ella siempre lo ha amado,
él es un puro habano,
ella un cenicero de porcelana.

Se aman hasta cuando la noche
apuñala la mañana,
ríen y son celosos,
pero nunca ríen solos.

Su coda: pasear de la mano.

Salvavidas.

Tormenta, mente que se mata
en medio del abandono propio,
viaja y se estrella, parece que ama
pero daña:
Así era mi alma.

Barco que navega y aparece
con suma cuita, tanto que renace
en su proa una mano de aire,
que flota y salva los cascarones
del pecho desinflado.

Aparece ahora en puerto,
la noche sin atraco,
que robado, no hay polvo
del vinilo escuchado.

Es lo más sumo de
los ultramarinos,
desear comprar lo abastecido
y no poder comerlo
por no saber saborearlo,
era la tortura hambrienta
de mi fatuo afán de ensueño.

Pero la grumete,
por la ira, cambió
su alma de marinera,
por sirena suicida.

Buscó mi zarpa, que al fondo,
se dejaba caer para no sacar
nada nunca al cielo, ni corazón
ni anular,
ni meñique que rascara la cascara
del anhelo.

Sumergiendo su brazo en el dolor
ajeno,
supo encontrar ternura,
donde nadie vio empeño.

                                                         A Verónica. Con tilde en la ó y punto final.

Cuervos del sueño.

Hay muchos cuervos
pensando que mi cabeza
es un circuito,
sé que tengo que espantarlos,
lo sé, sí.

En ocasiones revolotean
y me miran guiñándome
un ojo, el ojo negro
por el que apunta la muerte.

Suelen posarse en mi
cuando me encuentro solo,
o cuando la ginebra
me ha colmado la imaginación
de alpiste, tanto, que renace
el enebro entre mi pelo,
entonces repiquetean,
y el corazón se me revoluciona
como el coche, a tope, en segunda.

Sé que no es bueno alimentarlos
pero se ceban en mi debilidad,
en mi torpe sensibilidad,
esa que me estrangula
cuando veo la cosa
más insignificante, pasar desapercibida
y nadie se ha dado cuenta
de su belleza.

Es peligroso porque saben
avivar el fuego del dolor,
que acechante, pincha
mi alma con su tridente.

Hay muchos cuervos pensando
en mi cabeza,
desde niño siempre
tuve muchos pájaros
en ella.

Escalando

Si tienes la escalera,
no dejes que mi mundo
caiga por ella.

Lejos de Varsovia.

La puta vivía en el cuarto,
solía tener horario de noche
mas no siempre se entregaba
a un calendario,trabajaba a salto de cama
y matándose entre babas,
me contó que el dinero lo enviaba
a sus hijas en Varsovia.

La puta era más persona
que nadie, y solía perdonar
a los casados; hasta los escuchaba.

La puta era la hora, ella la bella persona,
trabajaba y enviaba el dinero a Varsovia.

vivía en el cuarto de una pensión
en el segundo piso, pero siempre
para ella eran sus hijas las del primero,
y ella el ático de sus fantasías.

Me llevó sopa caliente cuando escribía
en aquella pensión, cuatro paredes,
como cuatro orinales de la esperanza.

Se cruzaba conmigo y sonreía,
hasta en la camilla, en la tarde
que un filo se hundió en su barriga.

-Escribe poeta, escribe...
-No soy poeta, me queda lejos- le dije
-Yo tampoco creí ser puta y muero
lejos de Varsovia...

A la sombra de mis sueños

Debajo de un cerezo
crece mi sueño
en forma de almendro.

El sol calienta y exprime
mientras durmiendo
los fabrico.

Me nutro de su fruto.
Bajo el cerezo, ahora
descanso y miro el cielo,
donde mis sueños crecieron
ahora los exhalo pausado,
mirando los cumplidos
como niños, deseando
cumplir los que en mi anhelo
se hacen viejos.

Baile de los cansados.

Sí, me gusta cansar a los que se cansan,
es por este sencillo y siniestro motivo
que en este rincón de los vagos con asas,
dejo que mi verso nunca sea superlativo

aunque se disfrace de sentir,  es cansino
y en esta tarea de trabajar al cansancio,
prefiero que los cansados marchen rápido
y no ocupen el lugar de los que buscan
en sentimiento del poema, que opiáceo
siembra en la mente, la búsqueda
de la angustia que desea el poeta.

Inmersos en el saludo cuando en realidad
es una despedida de lo escrito.

Cierre

Chupando botellas vacías
casi es la hora de irme,
el camarero mira torcido
y el portero no es amigo
mío.

A penas tengo un euro,
al menos el sol,
no ha salido.

Salgo pisando el suelo,
alternado el vals de la pared
que tan de pequeño,
aprendí por el mismo dinero.

Amando a lo Baker.

Llamo, pero comunica,
espero y no me toca,
chisto y no se gira,
camino pero no llego,
me siento y me canso,
nunca la vida me deja
estar contento,
por este problema: escribo
escribo,
escribo,
por este hacer ahora:
Amo, amo y amo...

Desafinado a veces
fuera de tiempo, pero
amo, encontrando
en el contratiempo
la nota adecuada
que al compás me lleva.

Lluvia, lagrimas, mar, aguas saladas nuestras.

Jamás tanto daño
produjo la soledad
del charco.

Con calzado de agua
me mojaba la cara,
saltando fuerte en el barro.

Ya de renacuajo, me gustaba
el lodo, para regocijar
lo vivido como si fuera algo
más que agua.

Miraba las hormigas en el parque,
observaba la hierba verde y amarilla,
masticaba chicle que encontraba
pegado en el suelo, corría con la cabeza
alta, hacia atrás de la espalda, siempre
hacia delante sin mirar la meta,
no me interesaba llegar antes,
ni primero, solo correr.

Patinaba y me caía,
jugaba y perdía
llegaba tarde y sonreía.

Me gusta lloverme con esto,
recuerdos que embarrados
llevo aún en los bolsillos,
para con ellos;
fabricar corazones de barro
y regalarlos.

Pasando el segundo

Cascabeleo en las mañanas
solitario, como agua de grifo.

Dejo correr el chorro templado,
derramando mi alma por el sumidero.

Entre café con leche y parálisis,
se escamotea mi musa mientras
solo pienso en joderla.

Pasto y orgasmo.

Como una cebra,
inocente y tranquila,
así pastaba anoche
mi hambre, su hierba.

Letra correcta de escuela.

Jazmín desangrado,
a veces sí, a veces no,
has dejado en medio
de todo, el dolor creado
del tedio, y los espejos
partidos por la ceguera.

Jazmín todo lo has podrido,
en la noche y en la tarde,
nunca en el día, nunca.

Loco por las calles de la palabra
tropiezo con letras huérfanas,
letras delincuentes,
letras borrachas,
letras malditas que nadie aprecia.

Loco, loco, loco...
jazmín con dentadura de viejo,
asesinas en cada esquina el poema
que escribo para deshojarlo.

Letras del polvo y piedra,
solo tallo en la hoja negra,
la letra que blanca, baila
para ser más que jazmín hiedra.

Casi todo es gris y a veces poca
luz de muerte entre mis manos,
si por ti fuera mi sufrimiento
a ti buscaba y desollaría las tripas
de la belleza.

Sólo en medio del bosque,
me vuelvo valiente para quemarlo.

Jazz borracho y cálido.

Bicicleta oxidada,
ruedas encharcadas,
radios yonkis,
estigmas de la infancia
que exprimen
en cada momento,
el silencio y el tormento.

Llueve en el río pero no se moja,
no moja nada, el agua es seca
la que cae y la que viaja.

Timbre desafinado,
dedo que busca un sonido,
situado enfrente, la música
me abriga de mi propio frío.

Cartero sin verso.

Mientras la penetro
salvaje y baboso,
me gusta hacerle el amor.

Cuando compramos carne
o pescado, o verdura
también le hago el amor.

Porque me gustan sus espaguetis,
porque sirve el vino en la copa
libando su alma mientras lo mira,
le hago el amor.

Mirándola, mirándola
cuando meto mi pene
extasiado en su vulva,
quiero escribirle versos
en la espalda, pero no puedo
porque todos se los dejo dentro,
con la tinta de mi esperma.

Anclado

En medio situado,
me ancla el barco
donde viajo.

Me gusta saber
que no hay viento
que me lleve,
me gusta, beber
vino tinto entre la luna
y el mar.

Del revés intenso.

No tengo miedo al blanco,
pero con el negro
salen casi todas
las palabras escritas.

Me gusta el blanco
y escribo sobre negro,
es una poética manera
de llevarlo al contrario.

Ausencia de ella.

Largo hasta el suelo,
me recorre el cuerpo.

planta y echa raíces
los días en que estoy:
Sólo.

Camino y no ando,
avanzo pero quieto,
me pesa a veces
el corazón,
es como una oruga,
un ciempiés cojo
que cobarde,
se queda parado
hasta que el amor,
le llega tarde.

Musa de asfalto

En ocasiones
busco en calles que piso
bebido, y no hallo,
pero encuentro.

Otras en garitos rancios,
mientras sorbo la espuma
de la cerveza, antes del primer
trago.

No siempre está,
mas me vigila y me cuida
como al poeta rendido,
que se busca y emborracha
de fastidio.

Fruto pueril

Recojo a la noche
las semillas sembradas,
no han florecido,
pero llevan el sol dentro.

A la tarde en el parque.

Me balanceo en el columpio
mientras canto y sonrío,
me echo de menos,
aún soy un niño.

Deshago para romper el puzzle.

Me llamo de todo,
como si fuera un dios
extraño... tengo mil nombres,
solo me gusta a veces.

Sorprendo mi sombra,
mofándose de mi, cuando
camino de espaldas,
pero la burla me trasforma
y me hace mejorar el defecto.

He llegado a la puerta, alguien
me espera, lo sé porque hay luz
en la ventana del pecho,
es una casa con forma de cuerpo,
no pone el nombre,
pero llevo muchos encima,
los he robado, mientras se burlaban
de mi, cuando caminaba a mi manera,
grito desde abajo,
y se asoma: llamemosle amor;
es un nombre que abunda,
pero es mofado
por la falta de indolencia.

Deshago para romper el puzzle,
las fichas las cambio, cuesta,
es divertido.

Olvidándome de mi para ser más otros.

Mientras; he vivido.
Ahora abro el libro
por la pagina marcada,
donde dejé el beso
en la piel mojada.

No he perdido nada,
voy releyendo cada hoja,
que por tiempo marchita,
ahora, riego mientras sonrío.

Me cuenta lo que hace
con quién ha estado,
dónde viajó y lo que en futuro
cercano su alma desea.

A la par, lunezco,
olvido mi memoria
de este tiempo mío;
mimetizo con mi imaginación
a cada relato, con las personas
que ha vivido;
me imagino que soy todas ellas,
para juntar la época que las saetas
del tiempo, ha separado por opacidad
del conocimiento.

Adolescente Pulgarcito

Para no perderme,
hice como en el cuento,
dejé por su cuerpo,
mordiscos,
y desandarlos para
llegarme hasta sus brazos.

Panadero en celo

Haciendo miradas en medio
de un bar lleno de gente,
la miro como el pájaro
al gusano
que desea hincarle el diente.

Llevo alcohol en el cuerpo,
voy borracho y de ella me ebrio.

Me acerco sigiloso, y hambriento.

Le susurro en su oído que no la deseo
para hacerle el amor, ni tener sexo.

Tan solo fabricarle todos los días
en su cama el amor, como pan
casero recién hecho,
partirlo y comerlo
con ella en cada noche,
a cada destiempo,
cuando nadie nos mire, como en el bar
lleno de gente, que pájaro me trasforma;
y, revoloteando con alas negras,
en su corazón me posé y grazné
a su tímpano, mi nombre de lobo
caminante y doloroso.

Reconozco.

Reconozco que he hecho daño,
he pisado este parque de hierba
antes de tumbar mi espalda en él.

Ahora pululo mis muescas
es cada uno de sus arboles,
miro al cielo, sigue tan rojo
como antes.

Ocurre que en ocasiones
sin nada que hacer,
lo más simple es lo más
satisfactorio.

Lo minúsculo como eterno,
el pecho como prado,
la voz como viento.

Ahora me siento tan viento
que no soplo ni me muevo.

Agarro mi cabeza con las manos,
no pienso,
nunca lo he hecho,
solo descerrajo mi pecho
y muestro mi prado.

Con el agua al cuello.

Cógeme,
cógeme,
antes
de
nada,
al cuello.

Tómalo,
tómalo,
tómalo,
no es
para nadie,
es para
alguien.

Nace
nace,
resiste,
cierra
los ojos:
respira
respira
respira.

Es tu
asunto
apropia
lo
impropio
de
lo
que copio,
piratea
el mar
es solo agua,
los tesoros,
hambre
de sapiencia.

Sal fuera,
Sal fuera,
ve dentro,
Sube
para
abajo
busca
busca,
sangran
las encías
mientras
desesperas,
pensando todo
no piensas
   -nada-
después
   -flota-

Enterrando el tesoro.

Escarbo como un perro,
olisqueando en celo
por su espalda,
hasta enterrar mi hueso,
para jamás, nunca,
volver a buscarlo.

Bloody Mary en este garito, al que todos llaman vida.

Es como un Bloody Mary,
a las tantas y sin dormir.

Me la bebo a sorbos
cortos, sintiendo su alcohol
y la pimienta, su denso tomate
me baja, mientras la música
del garito me taladra,
ella se me cuela por todos los agujeros,
y me desangro con ella:

Vivir es morir.

Descifro su alquimia, cuando la hallo
en mi lengua, entre mis dientes y en el techo
de mi áspera boca.

Me repone de lo que hasta ahora
en la noche me afecta...
Es la treceava maravilla de mi lisergia,
todo me lo trasforma mientras hablo...
está dentro de mi de manera y forma:

A
s
o
  m
     b
        r
           o
               s
                  a

Me baja para que la trepe,
la escalo a peldaños de trago,
la dejo sobre la barra, donde
el sueño de muchos es repe
brilla el borde desde lo lejos,
es un cocktail casi perfecto,
si no fuera porque la vida es corta,
y el deseo, aire de esparto.

La vida es un garito a las tantas,
llena de desfasados y muertos
que caminan al baño, a esnifarse
la esperanza.
Pero a mi me ha tocado en esta noche,
a las mil y una, mi especial:
B
    lo
  o
     dy
M
    a
 r
    y

Despistado y perdido.

Dime cómo hiciste,
cuéntame cómo lo lograste,
quiero saberlo todo de ti,
eso que vivías mientras
yo...
miraba la luna con ojos
cerrados.

Nocturnos en No mayor.

¿Has visto como
camina el tiempo
de puntillas
por las huellas
de la muerte?

¿Te fijaste en las tijeras
de cartón que me regaló,
servirán para cortar la sangre?
Imagino que el cartón era de embalaje
porque recorté mis sueños
y los empaqué
en su corazón de celofán,
así cuando
me recuerde harán ruido por la noche.

¿Fuiste tú quien abrió
la puerta? es raro, invierno
y no entra frío.

¿ Leíste el final de este nocturno?
¿Lo escuchaste porque te lo leyeron?
Dime como acaba, yo nunca lo supe.

Marioneta olvidada.

Marioneta de cuerdas rotas,
tan solo se mueve por impulsos,
es como un reloj sin flujo,
anda con las botas rotas.

Cuelga de un armario
e inquieto y estrafalario,
espera sin cometer ruido
el impulso para moverse
de manera inquietante
y con el calor,
asemejarse al mes de julio.

Marioneta ingrávida,
que estupefacta y desarmada;
quedas vencida,
al incesante e imparable
latido,
voy a sacarte del armario,
voy a amarte sin espacio.

Intento.

Borracho de cerveza,
se me deshacen los dedos,
buscando entre este piano
de letras,
el poema.

Coloreando el mundo desde lo profundo

Ese extraño color
que corre por mi sangre,
como color que lleva
el diablo en su alma.

Ese extraño color...
acelera mi sístole,
potencia la explosión
saliente.

Me pinta el cuerpo por dentro
me renace de nuevo
y así todos los días:
Lo intento.

Colorea el mundo
desde lo profundo,
pinta con la risa
el gris muerto.

Bombea hacia fuera,
ese extraño color
que llevas como un llavero,
abre tus puertas que te entre el viento.

Reencarnación.

Noto el balbuceo
de lo arrancado.

Todo es sensible
e inexperto.

Deslizo mi sombra,
entre manecillas
de reloj parado.

Puede que todo
llegue al fin, por fin,
y se ahoga en mi pecho
mi lengua, palabra
y piel de delfín.

A lo lejos se escuchan
lo que creemos que
vivido, fue disfrute
de abundancia.

No hay más pasillos
que nos liberen.

Pero mis niños,
se escabullen
por la locura
de mis versos.

Ya no existe
lo pasado, ni siquiera
este que se distingue
por su impavidez de rombo.

Puede que hayas leído
esto antes,
puede,
pero no tengo constancia del pasado;
solo adivino, que el pasado, vuelve.

Revivo en un perro salvaje,
ladro y soy fuerte en mi soledad.

Recuerda cuando reencarnes
que antes fuiste cobarde
e inhumano.

Fracaso de luna.

No muerdo el polvo,
mastico su esencia,
me aburro en la vida,
destrozo el sexo.

Río abajo.

Narra en mi espalda,
su cascada, el mejor
de los gritos que en ocasiones
como a un jinete: empapa.

Se deshace cuando me siente,
es tormenta y aullidos.

Hace de ella
lo que la muerte
desea,
pero vive entre mis piernas,
su incesante e incandescente
vela.

No tiene fronteras,
eterna en su universo,
no encuentra barreras.

Ella grita, grita,
yo: recojo su cosecha.

Soy un zumo en la noche

Todo el mundo lo dice,
cuidado con el rojo,
que es peligro...
pero el rojo es la pasión
y la sangre.

Es el color por el que el seguro
de tu coche te sube la prima...

Yo sé que su sangre es roja...
conozco cuando el desangrarse
es derretirse.

Adivino cuando los semáforos
se me ponen en rojo,
sé que a veces debo parar,
escamo el asfalto y lamo
el suelo,
para enhenar lo extraño
del juego de matar.

Mato por el rojo
ese que brota
en medio, cuando
cabalga mi hombría
para convertirme
en niño naranja
que se exprime,
con el intenso y breve
gemido del misterio,
que lanzan sus muslos
de mármol.

Callejeo.

Ella es tal que un paraguas,
protege de todo y todo
lo provoca.

Es como una calle en la que vives,
sabes que timbres tocar para ser
tú.

Nace en la crisma del golpe
para florecer en dolor
y acabar en sosiego.

Parece que nunca llega
a tu puerta, pero siempre
pulsa el timbre...

Ella es la vida de la calle.