Yo amo un día
que por la mañana
se me hizo noche.
Amo por desconocimiento
de su futuro, la extrañeza
de nuestro pasado...
pero es mi golosina,
es mi domingo por la tarde
desde que la besé y su alegría
ha hecho de mi piel un mapa
exagerado de negación,
tras descubrir el cofre de mi mentira.
Pero mi alma es un banjo,
un ukelele, una nota equivoca
en medio de un grito borracho.
Ahora grito, pero no me escucho,
es extraño, cuando la golosina
es dulce, saber que su nombre
te torea y te mata si ella
con su verbo, es capaz
de abofetear tu existencia.
Me encanta!
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