Siempre suele ir acompañado
pero no con alguien,
llega al bar sólo y sabe estarlo.
Es el poeta de la noche y lo triste,
todos lo miran y cuchichean,
parece enfermo, pero solo es poema
lo que le ronda por su cabeza.
Mira y parece que no mira,
se rasca la barba, bebe cerveza;
su mano saca la libreta negra:
escribe, nadie lo sabe,
pero es un vomito de espanto,
el verso que dedica al resto
de malevaje, que lo mira;
mientras el poema es revisado.
Pasé por aquí a por un trago de cerveza caliente. A veces es el poema el que mira al escrividor desde su libreta negra, emborronado por gotas de cerveza. ;-)
ResponderEliminarSEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!!!
ResponderEliminarVa despacio por las horas, sabiéndose observado. Eso le da certeza. No echa de menos nada.
ResponderEliminarMe gustan las imágenes.
Saludos.
Mara
Gracias Mara... un placer verte por aquí!
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