El poeta leyó:
Mi corazón tiene la bondad
de ser triste, es un verso en medio
de la noche y el absoluto tedio,
no olvida su beldad, pero oxida,
su más profunda soledad, dentro
de un abandono absoluto execrable
y odioso; pero su sufrimiento es una botella
en medio de corazones, llenos de absenta,
que empapan almas y razones.
El poeta leyó su silencio; el poema
era un grito, y con ello, no hubo más
que una dejada de voz, en medio de un trago,
que en su imaginación, se desplomó.
Asi es el poeta, una piedra en un charco,
que en un día de lluvia, saca su punta
para joder la existencia.
Tras esto, levantando su mirada,
el poeta, sacó una botella,
derramó, en su cerveza, más de lo que había,
para aliñar su amargura....
Después:
Lloro
espuma del sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario