Hay días que el sol
cambia su lugar de salida.
Sale por donde nunca
sale, se esconde tras una esquina
de nube.
Días en los que sus rayos
son rayas.
Días en los que su luz
es inversa.
Días en los que pierde su norte,
que es el este,
saliendo por el norte,
que es su oeste.
Días en los que el sur
se deshace en la palma
de la mano,
se mortifica entre luces
por ser tan olvidado,
que se olvida
el sol
que el norte,
es sur
y la brújula
vuela en escoba.
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