Lagrima salada

Recibí la mirada aviesa,
envié la carta de esperanza.

Miré mi reloj de arena,
conté el tiempo y su escasa esperanza.

Busqué en medio de una noche,
la mitad de la vida nocturna,
hallé tan solo una despedida...

El dolor,
viaja desde el estomago
al ojo:
el ojo
entonces
suda.

2 comentarios:

  1. Me gusta, mucho. Un beso Cooper, María.

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  2. ufff...... algo te pasa. Estás superando lo insuperable.

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