El cerezo se erige
en medio del valle
dando en primavera
vida a la sakura.
Pero el cerezo solitario
en medio del bosque de bambú,
levanta sus ramas, cómo brazos
de muerte, arañando un cielo inalcanzable,
también solitario.
Son dos soledades bellas,
soledades que dan belleza,
soledades que crean y repiten
ciclo con frecuencia.
Soledades tan solas,
que la distancia entre ellas
para tocarse,
se hace también sola.
Triste vida que todo lo que toca,
lo convierte en soledad
rodeada de belleza.
Muy bonito lo que escribes, espero libro pronto, eres simplemente GENIAL!!!!!!!!!
ResponderEliminargracias MamaMuma!! es un placer verte por este blog!
ResponderEliminarprecioso y triste.Estremece.
ResponderEliminarRocío Sáez
El Sakura y tus letras son como evocaciones atraídas unas por otras como las cerezas, llenando de sensaciones el tiempo.
ResponderEliminarPepi Navarro Asensio
Gracias muy contento de ver vuestros comentarios!
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