Fue de pequeño,
nos llevaron de excursión,
colegios y ausencias
de la obligación impuesta.
Era un parque de atracciones,
nos dieron una lección para justificar
su escape en día de trabajo
mientras sostenían una cerveza
en sus labios.
El de historia, filosofo, decía:
El Tío-Vivo, es como la vida
todo da vueltas y debes elegir
donde subirte para pasarlo mejor.
El de matemáticas, explicó:
Con el tiro al blanco, apuntas
lo que quieres, y si aciertas, te lo llevas...
Todos compararon.
La vida es una feria, pensaba yo.
Al poco, dieron la mañana libre,
hasta que la hora de irse gastara
la cerveza fría.
Id a ver el parque hay muchas cosas
para comparar con la vida y con dios.
Todos trajeron una experiencia
una comparación,
una existencia de circo y feria
de caramelo y destino.
Callado y absoluto
tan solo imaginé,
que la única atracción
para mi, era un mareo
constante. Una angustia,
que fabricaba querer y abrazo...
¡Del Moral!, exclamó el de lenguaje.
¿¡Qué has visto que sea comparable
a la vida!?.
Tan solo la montaña rusa- contesté.
¿Y con Dios?...
La casa del terror.
Me castigaron tres días,
con tan solo siete años.
Muy bonita, pero ya de niño?... Algún día me contarás la verdad.
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