Tan raro cómo un gato.
No domesticado.
Corazón de lavadora vieja,
estomago de corcho.
Fumo y echo humo del tabaco
de mi estomago.
En ocasiones hablo con mi suicidio,
pero me dice que le aburro.
Me gusta el vino, la cerveza,
y el té con pimienta.
Hago cosas como escribir
hasta las tantas, no duermo.
Recuerdo a mis profesores
exclamando:
¡No llegarás a nada!.
Mis padres diciendo eso de:
¡Estudia, no seas vago!.
Pero a los doce escribí mi primer poema.
desde aquél momento, el infierno me acuña.
No entiendo por que los sucicidios se aburren tan pronto.
ResponderEliminarCon los monologos tan intersantes que escuchan.
Si es que ya nada es lo que era.
Té con pimienta?
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