Ella es madre de dos hijas
que serán madre como lo es ella,
ella sufre como su madre,
al ver a sus hijas como hijas
como sus hijas cuando sean madres,
y miren a sus descendientes,
como madres; y recuerden como hijas,
el sufrir de la madre por ser madre,
en el dolor de abuela,
que observa, calla y muere.
Ella es madre y llora a escondidas,
es como un violonchelo, en la huerta
solitaria,
desgrana su dolor como cerezas,
en la palma de su alma.
Ella ahora sola, lleva su coche
hasta casa, y espera a sus futuras
madres, con la esperanza de la abuela,
que en breve verá como sus nietas,
futuras madres, sufren como su madre;
como sus hijas, como ella.
Por eso que a veces mira el fondo
de la taza de café, adivinando en sus posos
que está triste, porque se siente indefensa.
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