Es una letra y después otra,
una procesión espantosa
la que a veces forma el poema.
Es una caries vocal,
un sarro en las letras mudas,
lo que ocurre en los dedos
mientras tecleas, o dibujas
trazos curvilíneos que se disocian
de su significado original,
para convertirse en un horrible
óbice de angustia;
son las palabras que forman
filas y sentidos bajo la estricta
angustia de la égloga,
es el verso un general,
que en ocasiones, manda
fusilarte como un preso
de su ira sideral.
Es la oda un dibujo
abstracto que retoza
en la inconsciencia,
mientra patea tu corazón
como un vándalo callejero.
Es la tonada una puta,
una cabronada en la razón
que perdida se asusta,
hasta de su bucólica composición.
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