Pecado de Koku.

Vaso pequeño,
creí ser hombre
y no logro embestir
mi propio valor.

Derrumbado por el introito
sideral y asesinado
por la guillotina de la carne,
encontramos el dolor
en el corazón del amor.

El tiempo es corto,
y la ansiedad infinita,
me reflejo en mi fracaso,
no ahuyento mis logros,
la dureza de la vida
es tragar agua, que cristalina
te raja la ilusión,
mientras el pene
es una tiza de la escuela.

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