Exijo mi soledad,
en medio de todos vosotros,
como un derecho inalienable
de mi alma exigua.
Es de las pocas cosas
que me quedan,
ser yo, o al menos intentarlo,
en medio del acoso de las palabras.
Por eso si me observáis
callado, si merezco ese verbo,
y no muevo ni un parpado
de la palabra risa,
es porque el deseo
de la conjugación del momento,
es estar escurrido y recordando.
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