esa que me creo en la noche
con la luz de las farolas,
con las miradas de otras.
Anoche conocí una puta,
me enseñó que fuera de su oficio,
tiene un corazón vallado con púas
para que no lo dañen, y bajo su almohada,
un cuchillo porque tiene miedo,
vive sola y se da miedo a ella misma.
En medio de la calle,
salimos del chino,
yo un bote de cerveza de las altas,
ella una bolsa de patatas,
una lata de atún, una barra de pan,
y una piruleta de esas de corazón.
Hablamos un rato y al final me dijo:
Sabes, la gente me critica por ser puta,
pero tu das pena porque el amor,
incluso en medio de tu diversión
te patea. No mueres de amor,
pero sí repiquetea en tu estomago,
como un mirlo solitario.
Aún así te envidio, porque eso te hace
no estar solo.
Quizás no sea un hombre correspondido,
pero soy un hombre solitario capaz
de amar, desde la noche hasta la noche.
Garrapateo en las calles, siempre tirado,
el corazón no tiene púas, pero tiene barba,
mi tripa una lata de atún, mi pene una barra de pan,
mi sangre una piruleta de corazón,
mis ojos lobos esteparios,
y mi alma la puta, duerme con un cuchillo
porque se teme a ella misma.
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