Hay un tobogán desde mi corazón
a mi cabeza,
por ahí se desliza mi niñez,
ahí vive mi inocencia,
es un tobogán de rizo y magia,
de piedra lisa y sin esparto.
Todo se desliza y sonríe,
y llora, y salta...
Tengo un tobogán desde mi corazón
a mi cabeza,
es una extraña pendiente,
un raro cuesta-abajo,
cuando me siento vapuleado,
me deslizo, me deslizo,
vivo y canto.
Juego y me enamoro
como un criajo.
Touché... me has arrancado el llanto...
ResponderEliminarJoder Cooper!
Nana.