Anoche fue la navaja,
y su soledad la cuchillada
en mi espalda,
Yo iba con las manos en los bolsillos,
y cerveza en la barriga,
Anoche fue la navaja,
y su palabra un mazazo
en el epicentro de mi existencia.
Las calles gritaban:
Hombre ensangrentado,
corazón sin vida,
alma al aire,
ha sido ella,
ha sido ella,
mientras señalaban
a un rastro de vida
que corría por las calles
anaranjadas sin amanecer usurpado.
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