Caídas y hechos.

Una vez más, lo digo.

Resucitaré del papel,
y mi palabra será un hecho,
que deshaciendo lo vivido,
será una flecha hacia el destino.

Mi espalda arañada y llagada...
será únicamente mi espalda.
mis ojos llorosos,
limpiaran como al coche el parabrisas.

Será mi vida un caminar, cojeando,
de tantas caídas, pero si acaso
me caigo una vez más, descansaré
y volveré.

Una vez más lo digo.

Resucitaré del papel
y mi palabra será un hecho.
la muerte existe, porque es imposición
de vida; más no una soga que te mata,
ni un vaso de vino que te embriaga.


Resucitaré del papel
y mi palabra será un hecho.

Calles y griteríos

Anoche fue la navaja,
y su soledad la cuchillada
en mi espalda,
Yo iba con las manos en los bolsillos,
y cerveza en la barriga,
Anoche fue la navaja,
y su palabra un mazazo
en el epicentro de mi existencia.
Las calles gritaban:
Hombre ensangrentado,
corazón sin vida,
alma al aire,
ha sido ella,
ha sido ella,
mientras señalaban
a un rastro de vida
que corría por las calles
anaranjadas sin amanecer usurpado.

Desequilibrio y sal.

De nuevo ahora,
enganchado a la luna,
escribo en su blanco
roto por las venas de su
esquina,
y son tan largas las noches
que el sol
tiene forma de coche,
y la noche,
es una montaña al amanecer,
por donde conduzco
mientras el sol
me invita a ponerme...

Que nadie me reproche que me emborracho,
ando ahora por los baretos cutres y desmedidos,
hablo con mujeres, trasformadas en come-bolsas.

Sólo quieren coca, y cerveza,
pero soy raro,
no quiero nada de ellas,
tan solo mirar sus bocas,
y observar sus dentelladas al aire,
en la que sus palabras
de corcho,
flotan en medio de un halo de aire vomitado
por la coca.

Bares, noche, estrellas, luna yonki de almas:

Mala vida, que peor momento el encontrarte,
cuando el amor cierra la puerta y mi cabeza
no la olvida.

Quieto en ti.


Sopla el aire de tus senos,
deja que navegue con tu lengua,
será mi vela, será mi vela,
muerden tus palabras mi cuerpo,
en ti naufrago,
en ti naufrago,
y la sangre de mis sentidos
se derrama en tu lecho
para vivir en tus pezones,
islas donde encontraré toda
la razón de mi vida,
el por qué de mi parto.

Lista y tacto.

Serás la ultima de todas,
la última de la lista,
siempre.

La última que llame,
la última que a la que hable,
la última que vea,
la última que me bese,
la última que me cierre las piernas
a la cintura, apretándome para no escapar.
la última que me sonría,
la última que me agarre de la mano,
la última a la que mire.

Por eso te lo digo,
en mi lista estás en el último puesto,
porque a veces perder, es ganar mucho,
o quizás tanto, que casi se disfraza de risa
el mundo porque se convierte en todo.

Crezco y deseo.

De la arena al aire,
así viajan en mis manos,
desde siempre los he amoldado,
de la arena al aire,
es mi madurez aniñada,
así es como viajan
en medio de todo,
de la arena al aire,
de la arena al aire,
nunca estoy seguro de nada,
siempre me tuerzo cuando es mejor
estar recto,
me gusta pulular entre el espacio,
sentirme entre el cielo y la tierra,
de la arena al aire,
así crecen mis castillos,
así me encuentro siempre mis sueños,
y en medio sólo quiero tus besos.

Lo que siempre me callé y nunca dije.

Te lo digo para que lo sepas,
me ando mucho por las ramas,
a veces hablo mucho y otras
callo demasiado,
no suelo ser de maneras elegantes,
más bien toscas,
probablemente hasta te avergüences
de mi conducta,
y te irás de los bares para no verme
como con gilipolleces, tus amigos me miran
pensando en que el verbo no nace de mi boca,
como suele aparecer en las suyas, tan correcto
profundo y útil.
Suelo llevar una cuerda para saltar a la comba
por si me aburro,
y cerca de mi, en el bolsillo, una chepa
y en otras ocasiones una nariz roja.

Pero a solas, me gustará mirarte cuando menos te lo esperes,
y en el momento que duermas me despertaré para masturbarme
mientras te miro, porque habremos echado unas horas
antes, un puñado de hojas secas y lagartijas por nuestras
gargantas.
Quizás el esperma lo derrame en tu lado de la almohada,
o lo deje caer suavemente en tus pies.
También me gustará cocinar para ti, y los tuyos.
Y a lo mejor, hasta algún día te deje que me digas
al oído pero sin que nadie lo sepa:
Que me quieres.
Pero llévate ojo, y no me quites plumas negras
para meterlas en tus ojos y provocarte llanto,
porque entonces, será el momento de la retirada,
y mi ejercito de emociones se derretirá entre tus dedos.

Conduzco mis soledades.

Soy la última puta de los bares,
miro a todas las partes con desconfianza,
me gusta caminar solo, ir solo, por eso,
cuando voy con gente, las últimas horas
rehuyo de sus ojos, para como un gato,
hacer equilibrio en las calles
mientras lanzo gemidos a la luna,
como insultos, por dejarme solo,
y no encontrar coche donde guarecerme,
ni manos con alas que me acaricien.

Busco mi soledad para pelearme con ella,
últimamente tengo muchas ganas de bronca,
me saben demasiado bien aún, aquellos filetes
de carne roja,
por eso me jode, meter mi lengua en la basura,
cuando la madrugada se convierte en maullido.

Esperanza grisacea

Sonrío de medio lado,
extirpando una lagrima
al futuro que no deja
de mostrarse lejano.

Camino mirando al suelo,
para no saber del mundo,
deseando que el asfalto
refleje en mi cara
su aroma a goma quemada.

Es hora de llorar,
es hora de no fingir
el miedo.
Ahora me toca ser débil,
lo decido para cuando lo lejano
se me vaya acercando,
poder ser algo más fuerte
que un niño.

Olvido extremo

Ahora que me conoces,
no cortes,
ni desprecies,
la hierba
que planté,
en el cajón
de tu topa interior.

Lejos de ti,
la riego aún
mientras lloro,
porque no estás.
porque no estás,
¡por que no estás!
¿por qué no estás?

Simplificando el lío.

La lluvia me moja,
he correteado bajo ella,
me ha empapado,
para después regalarme
el croar de las ranas,
el cantar de los grillos.

Ahora más que nunca,
escucho el lío de mi alma,
voy a ser más simple,
menos complicado,
Voy a darle dos alas
a ese que vive en mi
y me maltrata.

Meses travestidos.

En este junio,
que es noviembre,
el cerezo ha permitido
que sus sakuras,
se maten

Niñez madurada.

Hay un tobogán desde mi corazón
a mi cabeza,
por ahí se desliza mi niñez,
ahí vive mi inocencia,
es un tobogán de rizo y magia,
de piedra lisa y sin esparto.

Todo se desliza y sonríe,
y llora, y salta...

Tengo un tobogán desde mi corazón
a mi cabeza,
es una extraña pendiente,
un raro cuesta-abajo,
cuando me siento vapuleado,
me deslizo, me deslizo,
vivo y canto.

Juego y me enamoro
como un criajo.

Ciencia cierta.

Ahora existe,
la soledad marcada
por el día,
el dolor del consejo tardío.

Me desplumo en cada esquina,
y ya hasta me cuesta levantar
el vuelo.

Nací para no estar muerto,
pero vengo de una muerte
que dura el consejo de una vida.

Ahora existe, el temor,
la duda, la soledad,
el tiempo.
El tiempo,
sacado de sus horas,
se me derrite la muerte
entre sus manos.

Muriendo entre drogas.

Enredado entre rayas
se le pudren mis besos
en su boca, ahora,
vendrá otro a hacer
lo mismo que yo,
a decirle a su oìdo,
bajezas del sexo...
Y ella le dirá lo mismo...
Citará la muerte del contrario,
clamará su orgasmo
como la unidad de su entrega,
mientras mi esperma mancha
las paredes donde orino,
a la vez que ella se entrega,
a otro hombre.

Puertas.

Yo quiero que me quieras,
sólo como tu quieres.
Que me cojas de la mano
unicamente porque me quieres
como en el verso de antes.
Que estar sea una libertad,
y ajustarse una elección.

Libera el amor,
abre la jaula
de tu pecho.

De noche entre mi soledad.

Por las noches
conduzco hasta su casa.

Bajo del coche, y huelo
los jazmines que ella
plantó con sus manos.

Leo el cartel de su puerta.
Paseo su calle, la oigo dormir,
vuelvo al coche,
conduzco de vuelta.

Nunca he estado tan solo,
jamás mi corazón se había desnudado... tanto.

No imaginé que al dejarme,
lloraría otra vez como cuando
tenía tres años.

Tonalidades. Poeta en el bar XXVII

Desde donde nadie habla,
extirpo el tumor de mi secreto.

Me gustan las cosas claras:
cerveza en su punto,
soledad elegida,
paseo nocturno,
vida impropia,
sentir maldito,
alma sin éxito,
borrachera llorona.

Soy de esos que no saben,
de los que no eligen...
pululo por mis nervios,
soportando la decisión que no expresa.

Todo negro,
todo negro,
todo negro:
Cobarde, infame...
dejas que una luz fabrique un haz
grisáceo en mis ilusiones.

Domingo noche 00:51

Tirado en el sofá,
me rasco la barriga,
hay demasiada ilusión
atorada.

Soy como un perro viejo,
bebo, escribo y no me afeito.

Es cuestión de tiempo,
que todo se solucione,
pero mientras, abriré cervezas,
cerraré los ojos y mi barba,
me echará las cartas,
no las de la bruja,
sino las del buzón a la basura.

Agujeros y espantos. Poeta en la cama XX

Ella es un montón
de sitios,
parece sacada
de una noche recién parida,
viene cuando está sentada,
sin moverse a penas del recinto.
misteriosa, sexual,
y ensangrentada.

Recorre como un gato,
paredes y lugares de bisel
sin alambre.

Ella es un montón de agujeros,
por donde mi risa entra y sale,
por donde resbalo, caigo, sudo
y me cuestiono.

Escupo por los de arriba
y me recojo por debajo.

Me escurro, me estrujo, me prenso,
es un exprimidor, en el que me aprieto,
para convertirme en zumo de noche
mientras su vagina es un vaso,
donde me vierto.