Despacio como el día,
voy dando luz
a la noche,
la luna, es una espinilla
que no me exploto.
Mis calzoncillos viejos,
mis calcetines sucios....
todo es una miga de pan
que persigo.
La luz del parque a medio día
ilumina las flores, las copas
de los arboles.
Yo marcho caminando
como si la historia
no fuera conmigo.
Soy el asesino de la hierba,
soy el llorón del recuerdo.
A penas me exprimo en ella
que parece que el encuentro
es un cierre de universos,
para que las estrellas se maten
contra un suelo lleno de cielos.
Me gusta jugar, pero este juego
es demasiado serio, tanto:
que ya juego desde que era niño.
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