Cómo una enredadera de agua
trepa por mi espalda silenciosa,
sabiendo que mi ropa llorosa
no es más que una sucia muda.
Me persigue por todas mis estancias
se agarra fuerte para no tomar distancia,
es lo que ocurre cuando no vigilas
tus retaguardias, que en callejones
oscuros y nebulosos del alma
la muerte juega al póquer
con tu piel de negra araña.
buá.... me la quedo para mi.
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