Tengo tantos pájaros
en la cabeza,
como en mis sueños.
Revolotean,
suben y bajan.
Pican de mis sesos,
me atormentan.
Tengo tantos pájaros
en la cabeza,
como en el despertar
de mis mañanas.
Se beben mi café,
me persiguen,
se posan en mis hombros,
me graznan intoxicando
la perspectiva del día.
Dejan el pasillo lleno
de plumas negras,
emiten su chillido,
roncan, y aguantan
hasta que duermo,
pero no cierro los ojos
pues sé, que esperan
a desgajar mis esperanzas
cuando el cansancio,
me haga el muerto.
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