Existencia de hiedra,
crece entre arroyos,
bebiendo sangre nuestra.
Una pauta quieta,
en la soledad viscosa,
muerde con rabia
la vida nerviosa.
Ahora descansa y crece,
como la sakura;
pronto su alma
como el bambú,
será carne cierta.
Mantente fuerte,
no decaigas,
que la vida,
como el arquero,
te lanzará estrepitoso
por los acantilados cambiantes.
A mi futur@ sobrin@
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