Hagamos un pacto,
tú te descalzas,
y yo me bajo la bragueta.
tú mueves los pies,
sacudes tus deditos,
esos que tan cachondo
me ponen,
mientras saco mi polla
y subo y bajo con mi mano
hasta que se ponga dura.
Tú pones los pies
encima de la mesa,
yo me masturbo,
notarás mi aliento,
mi gruñido indeciso.
Entonces me correré
en tus pies...
y al tiempo,
mirame a los ojos,
a la vez que mi semen
cae sobre tus dedos
resbalando hasta tus tobillos.
Hagamos un pacto.
Esto sólo lo hago contigo,
después, besaré tu boca
mordiendo al retirarme
tu labio de abajo.
Me iré al bar,
cerraré la puerta
despacio,
andarás pisando
esa vida, que en tus pies,
en esos momentos:
anida.
Esto es lo que comunmente se llama... rendirse a tus pies!!!
ResponderEliminarUn beso loco!
Así es Alice... y no conozco otra forma!
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