Mira desde su rama...
rama negra de árbol pútrido.
Le conozco desde hace años
siempre que me giro, lo veo.
Es el cuervo que vino de Urano,
tiene el deseo de arrancarme
de cuajo mi chepa de silencio.
Camino despacio y recojo
las hierbas sembradas
y regadas con su sangre,
las mordisqueo y me alimento.
Vuela en círculos
cuando duermo,
pero me protege
la muerte abriendo
su paraguas blanco.
Acecha siempre,
se afila las uñas
con el pico...
susurra mi nombre
en su propio oído.
Pero ayer cuando graznaba
le agarré la pata...
y lo devoré con plumas...
su sangre cómo la hierba
sabía amarga...
Ya no mira
ni se afila el pico
y si grazna:
Eructo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario