Preludio esclavo.

Pongo un pie
después otro,
pongo una letra
compongo
versos.

Es extraño
el arte
que sin entenderlo
me aclara
por las mañanas
y me confunde
en la noche.

Soy una estrella
que se esconde
tras de su sombra
soy un rayo
de sol
a las tres de la mañana.

Me violento,
mi agresividad
me trasforma
en tigre,
gruño
y muerdo
como si matar
quisiera
al mundo,
pero lo más
violento
que hago
es escribir este
poema,
que como una cometa
tiene esa extraña
libertar
que se ata
a dos cuerdas,
y depende
del piloto
que la sujeta.

Corazón
de cometa,
alma tuerta,
mis cuerdas
se gastaron
y volé
hasta
engancharme
en una antena.

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