De pequeño
quería ser Popeye,
para solucionarlo
todo
con un bote
de espinacas.
Se me hincharían
los brazos,
soltaría
humo
por la pipa
y siempre
me saldría
con la mía.
De pequeño
quise ser muchas
cosas,
hasta
veterinario
o
abogado
pero sobre
todo Popeye.
He comido
muchas espinacas
pero
me dí
cuenta
que las espinacas
no emborrachan,
son un engaño
de la infancia
para protegernos
de la muerte.
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