Cada noche.

Mi cuerpo
se unta
en las sabanas...
el ruido al restregarse
es como un grito
de la vida
que aclama
al sueño...

Es una hermosa
pelea,
la de la carne
que se entrega
a esa lucha
de sueño blando.
como la cerilla
que al frotarla
chasca
pero
no enciende...

Es una desesperación
pequeña,
pero tan intensa,
que te irrita
mientras ríes
por no vencer
a la vida,
y entregarte
al abismo
desconocido
del dormir
profundo.

Piensas en el día,
en la noche,
en la semana,
en el mes,
en el verano,
el otoño,
el invierno,
la cajera del supermercado,
y en la primavera
negra
de la exasperación
intensa, del ojo
que no cierra
y disfruta hasta
del color
muerte,
de la noche
azul intenso.

Nacemos llorando
y morimos anhelando,
es como un paréntesis
donde entra cualquier
revelación
de esta absurda vida;
hasta la de retozar
en la cama,
para dormir.

Pausa
rellenada de vida,
tristes signos
donde cesa
la actividad
de lo esencial,
en medio de vuestra
inherente vida:
Rellenaré vuestro
espacio,
con hilarantes
puntos suspensivos...
...
...
...

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