Toca siempre buenas canciones,
se sienta solo y bebe vodka con tónica.
Es mayor y fuma tanto que el humo
nunca acaba de salir de su boca,
pero su vida, es el piano.
Toca las teclas como si escribiera
versos en la espalda de alguna chica
que lleva desde hace tiempo grabada
en las llamas de su destino.
Hace tiempo que le dejó,
pero nunca, nunca, estuvo solo,
siempre tuvo su piano.
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