Seco, como un condón en su estuche.
Me viene la lagrima que lubrica la piel.
Nadie me descubre, ni me usa para inspeccionar,
pero la libertad me publicita para ser inherente
en mi forma indisoluta de olvido.
Cómo la aspirina adulta en un vaso de vino,
aspiro a generar un sueño que no provoco.
No lloro,
no goteo,
no descorcho,
no humedezco...
seco lo vital
para generar pena
sin sollozo.
Es como lágrimas secas. Me gusta.
ResponderEliminarEs el estado más difícil. Las lagrimas permiten el desahogo, de alguna manera te liberas de algo. Pero la sequedad es casi como andar sonánbulo. O algo así.
ResponderEliminarSaludos
Gracias Karol y María.
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