Debajo del sofá,
mil esquinas donde
se esconde.
Es un repentino golpe,
y miras bajo él, apartando
la tela, para encontrarlo.
Es el momento en que lloras,
y descubres, que se esfumó
dejando en su lugar
una cebolla para acostumbrarte
a llorar cuando la mondes,
mirando y olisqueando
intentando encontrar,
todo lo que has perdido.
Complicada y abrupta
pelas y pelas,
lloras y lloras,
buscas y buscas.
Corazón cebolla
alma de cántaro.
Ne gusta mucho, Carlos.
ResponderEliminarQué casualidad, me has pillao, ahí estaba yo, buscando cáscaras! Me encanta, un beso.
ResponderEliminarGracias Marías! :)
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