El lento baile borracho de un gorrión, que me mira, sonríe y vuela.

He descubierto un baile.

El gorrión se emborracha
con el poco vino de la copa,
dejado en la mesa de la terraza.

Los hombres se enamoran,
con el resto de amor,
que otros dejan.

Bailar en la noche
es recoger flores muertas
de la mano de un jardín
sembrado de incógnitas.

He descubierto que los taxis
paran cuando los llamas,
y los tomas cuando están quietos.

Bailo en medio de todo esto,
es un sin vivir de esperanza.

Bailo y cojeo,
una extraña forma de labrar
la ciudad,
para sembrar un pasado
que no llega.

He descubierto,
que la muerte,
muere, con los taxis,
con los hombres,
con las mujeres,
con las copas de vino,
con los gorriones borrachos.

He descubierto que la muerte
muere, podrida de esperanza.


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