Todas mis letras,
tienen un claro destino.
Nebulosa inquietante,
pluma negra,
un pene erecto,
una vagina húmeda.
Nuestros besos,
por todo el cuerpo.
Nuestros besos,
todo el tiempo.
Horas insaciables
en las que la muerte,
siente vergüenza
de visitarnos.
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