Ya no viajo,
es extraño un alma
sedentaria.
Corro sentado
y sufro como un perro.
Sabes que él viaja
por el dolor, y se regocija,
aunque has olvidado,
que fueron ellos,
ellos mataron y revivieron
para ahora dejarlo sólo.
Cabizbajo es el piélago
de la ignorancia.
Silencio, es momento
de hablar.
Me gusta viajar. Esos de carretera, conociendo pueblos, paisajes rurales, a veces aún silvestres y no hacerlo suele causarme ansias, por momentos desesperación... Últimamente viajar ahora en mi país puede ser una actividad de alto riesgo. Por fortuna aún nos queda la imaginación. Saludos.
ResponderEliminarSaludos y gracias Karol!
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