El poema es al objeto,
animal, humano, o flora,
como el verso es al pasajero
que lo escribe.
La distancia entre verso y poema
es la misma que entre alma y corazón,
e inversamente proporcional
al infinito del agujero que provoca
dentro del mismo y enjuto dedo.
A su vez significa la extracción
absoluta de la esencia,
cualesquiera que sea la mirada
que lo interpreta.
Ando exprimiendo todo,
porque el que escribe poemas
no es poeta; es viajero,
humano irracional
que respira piedras,
y mastica flora,
por eso digo:
Soy hombre y mi destino
es la muerte, saco el zumo,
y lo bebo,
lo bebo y lo orino,
vuelvo a ser destroza sacos
y cae todo en roto.
La formula es fácil,
la vida fácil,
el destino la muerte,
pero antes he sacar
el final de todo,
dejar las pulpas secas,
que la muerte sea zumo
de esta vida hirsuta.
Soy hombre y mi destino es la muerte.
Soy hombre y mi destino es la muerte.
Soy hombre y mi destino es la muerte.
Soy hombre y mi destino es la muerte.
Soy hombre y mi destino es la muerte
Es lo único que no muere (el verso)
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