Como una ceja a la primavera,
has llegado para quedarte
no sé cuantas.
Llegarás a recibirme
aunque venga borracho,
y sin dormir varios días.
Romperás mis zapatillas
y te comerás los cables,
te reñiré y te harás la despistada.
Ladrarás cuando aúlle,
y observarás junto a ella,
la indefensión que tengo
cuando duermo, me quedo
quieto, o escribo.
Sabrás que soy más niño
que tú y que ellas;
velarás mis sombra,
para que nadie se acerque.
Vigilante y juguetona,
coserás con punzadas
oníricas, las telas que hasta ahora
estaban separadas.
De Carlota White a Jacquie Kennedy.
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