Soñé que limpiaba un cadaver,
que adecentaba su cara,
su cuerpo,
que lo aseaba...
rompía sus huesos
para dejarlo recto.
Que lo rajaba para rellenarlo
de trapos y dejarlo como si nada.
Soñé que yo me lo hacía a mi,
que yo era yo, y que mi muerte
se apilaba en una caja de lapices.
me comían los cuervos, por verme
en medio del azul y el verde,
mientras mis venas escupían
rojo y marrón.
Soñé... soñaba...
pero de sueños
e ilusiones están
las calles llenas,
y los corazones vacíos.
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