Café, y lunas como leche materna.

Me columpio,
las calles están mojadas
y los corazones se persiguen,
juegan al escondite,
mueren en el fondo
de un café con leche.

Me quité esta mañana
los zapatos, y subí
la calle respirando hondo,
es muy pronunciada,
es difícil de llegar,
cansa,
pero cuando llegas,
relaja.

Me columpio
cuesta arriba,
la ciudad,
es un árbol,
todos somos frutos.

Manzanas, peras, mangos,
pies, senos, gargantas,
uñas, pelo, pestañas.

Columpio, cuesta arriba,
es muy pronunciada,
como tu nombre en la noche
oscura,
por eso te llamo a solas
y te grito con todas las letras,
porque desde el fondo
de mi garganta,
nace en esas noches:
una luna nueva.

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