Empapado en mis historias,
me encharco al calor de las calles,
en estos extraños momentos,
es una necesidad médica, sus besos
y sus brazos.
Sé caminar solo, siempre lo he hecho,
pero ahora prefiero hacerlo con ella,
esto no es un poema, ni una historia,
es una cicatriz que no se cierra.
Encharcado en mi sangre, sueño
no cumplir sus expectativas,
encharcado en su saliva,
deseo cenar con ella en la mesa
del tiempo.
Ahora que acuchillo los minutos
y he metido mi corazón al microondas...
ahora, no luego, quiero cenar con ella.
Pero el destino es incierto, y el tiempo
eviterno, conocer cuando naces,
saber hacia dónde vas, con los bolsillos
llenos de agua, y los pies descalzos;
es ardua tarea, difícil cuando sabes:
Que el lobo que eres, se merienda la inocencia.
Sé de donde vengo; ahora, hacia donde voy.
En medio únicamente de sus brazos, torno mi pelo
en llanto,
torno mi alma en canto.
vuelvo sin volar, porque caminando
me hago más fuerte.
El ruido no me afecta, ni el silencio.
Afortunadamente para mi,
sigo siendo un niño y puedo aprender
a leer entre líneas, aún puedo,
tengo tiempo, mucho tiempo
que cumplir conmigo mismo
para crecer aprendiendo.
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