Agito mis manos,
nadie me oye.
Como el avión vacío,
cruzo el mundo herido.
Empezaría de nuevo,
pero sin mi, en mi mismo.
Cada vez es más difícil,
leer mi codigo.
Ahora grito...
solo escribo a solas,
con el escozor
de mi esencia.
Me conozco menos que tú,
y no me encuentro
en ningun diccionario.
Esa es, la peor de mis características.
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