Es melodía hasta en el dolor,
corren los segundos como niños
del tiempo.
Pared destruida en lagrimas.
Encuentro constante con el deseo.
Mientras leo
subrayo jadeando, lo importante.
Marca los mejores capítulos
de cada libro,
esos que aprendí a leer
sin entender a penas,
lo que en ellos se había
escrito.
Me sucedes invariablemente;
hasta en las notas
discordantes.
por eso siempre:
compraré relojes atrasados.
Joer tío... ¡y que no te den en Nacional de Poesía!
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