Llevaba tiempo
sin acudir a la taberna
de Frank.
Cuando entré
estaba leyendo
un libro de poemas
de piratas muertos
que se habían podrido
en la pena.
Le chisté desde lejos.
Pss. Pss Tú... tuerto cabrón!
Levantó su ojo malo
y me escrutó,
después dijo...
Puto desalmado!!
has abandonado
esta verdad
la única
que te ha mantenido
cuando mis hijas
te alentaban
para beber más
del amor negro
que se te escapa....
Que has hecho
todo
este
t
i
e
m
p
o...
...
Mira las telarañas
mira el polvo
de la barra...
por aquí
han pasado
los mejores momentos
de este blog...
ahora tus nuevos
lectores
no saben ni quién soy...
Eres uno que pasa
y no ama...
¿No recuerdas nada?...
A Frank se le cayó
una lagrima...
parecía un plomo
de pesca
en un mar oscuro...
su pena
no pasaría por un colador
de cocina...
demasiado espesa.
Le contesté.
Frank...
es cuestión de voz
es cuestión de pasar
tiempo en alta mar...
Navego por la vida
porque no me queda otra
que navegar...
Tu no navegas ya Cooper.
dijo Frank.
Vas a la deriva
y solo tú sabes por qué.
Escribe, escribe, escribe, escribe, Cooper, escríbelo todo, no dejes de escribir, un beso. María.
ResponderEliminarme ha encantado la composición, la estructura.
ResponderEliminarY si amas, si no no podrías decir lo que tienes que decirnos...
"Vas a la deriva y sólo tú sabes por qué."
ResponderEliminarEscribe sobre eso... o habla sobre eso... sólo tú sabes por qué.
No mires con recelo las puertas que se abren, si se abren será por algo. Las cosas suceden por algo... sólo tú sabes por qué.
Navegas por la vida porque no te queda otra por navegar... pero tú puedes cambiar el rumbo de esa navegación... sólo tú sabes cómo.
A.