Sigo siendo blanco sobre negro. Balance de grises en la nostalgia del daño.

Me rompo.

Todo es como una reflexión
sobre la ironía mal tratada.

Huyo de vosotros:
los que padecéis
vuestra mentira
en la casa de los demás.

Lo mío no es poesía.
Me da asco esa palabra
y también huyo
de la palabra poeta.

Es todo tan mecano
de la foto
que prefiero
quedarme vacío,
a ser una interpretación
del culo que sujeta
en la pared
la sangre que ha entrado
con la letra, allá en ese lugar
en el que lo manido,
es influencia.

Conozco el camino,
de la comida deshecha.

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