Suspende la muerte
dejando que mueran en sus ramas
el joven verde
transformado ahora
en un marrón
sobrepasado de opiaceos.
Es lo salvajemente bello
el estertor del superviviente,
la cuchilla que me saja
con la compasión exacta
del amor que tienes
por cincuenta euros.
Suspende la muerte,
y la vida reprueba
a la vez que todos
lloramos en primavera:
(La única mujer que en medio de lo machista revive, crea, me besa los labios dejándome su polen amarillo, mientras la acaricio con la mano)
No hay comentarios:
Publicar un comentario