Mi consciencia
se levanta dentro
de un contratiempo
que no está en su era.
Recambia las piezas
que le faltan,
por puras faltas
de ortografía callada.
Amasa espacios
callados que resultan
resolver laberintos,
sin tierra ni hierba.
Se debate entre ideas,
pero nunca, ninguna, gana;
únicamente se juzgan
entre voces huidas
del sentido común,
que baila lejos
con los que lloran.
Caer con cara de decepción
es tener la sabiduría
de una lucha sin cuartel.
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