Mi fracaso es una constante
que se ha convertido
en constancia en medio
de la esperanza.
Así llevo en el alma
el no abandonar,
porque por el abandono
llevo en cuesta,
este recurso dejado,
para lo que hago,
fuera de una guerra perdida.
La constancia de un fracaso
es el método de la vida,
así como la muerte,
el mejor remedio,
para el sufrimiento de la existencia.
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